Los políticos y la educación

Nos produce tremenda preocupación observar y constatar, cada día, la degradación de nuestra educación, prácticamente en todas las regiones y niveles, obviamente con algunas honrosas excepciones, pero con mayor incidencia en las zonas lejanas de las grandes urbes.

Pero mayor indignación nos genera al observar que a los políticos que nos gobiernan poco o nada les interesa mejorar la calidad y pertinencia de los aprendizajes; por el contrario, bajo el manto sacro del libre mercado o del dejar hacer dejar pasar, creen que están ejerciendo una buena gestión, cuando es todo lo contrario, que ni siquiera los miopes o los de visión monofocal lo dejarán de ver.

Al ministro de educación, ni antes ni después de su traspié mediático, se le ha escuchado alguna vez referirse a temas centrales de su sector, tales como: la actualidad y vigencia del currículo nacional, la calidad y pertinencia de los aprendizajes, el fortalecimiento de la labor docente, la armonización del sistema educativo entre niveles, menos aún se podría esperar alguna propuesta sobre la posible armonización con el sistema productivo nacional. Seguramente porque cree que no fue nombrado para esto.

Últimamente se han “producido” una serie de normas que no solo van en contra de la calidad educativa de nuestros escolares sino incluso en contra de la identidad e integridad cívica de nuestra nación. Nos referimos al abuso sexual de las niñas nativas amazónicas ejercidas por sus propios maestros sin asumir medidas correctivas de urgencias que el caso amerita. El nombramiento de maestros de militancia extremista, posiblemente para granjearse de la amistad de los sectores autodenominados progresistas o de “libre pensamiento”. Lo último, para no abundar, el nombramiento de maestros desaprobados en concursos anteriores y peor aun el nombramiento indiscriminado y directo de todos los maestros, como dicen en mi pueblo “a tontas y ciegas”. El concepto de meritocracia resulto ser solo un esnobismo discursivo.

De todos estos factores, que deterioran aun mas la eficiencia del sistema educativa, los responsables del Ejecutivo, del Congreso, de las entidades autónomas, menos aún de los gobiernos regionales, se puede esperar algo, porque lo primero que buscan estos privilegiados es posicionarse, perennizarse y beneficiarse de los cargos. Por eso no hay que hacer olas y más bien seguir la corriente. El facilismo es el lema.

 

Triste realidad para nuestro querido Perú, en especial para nuestros jóvenes que solo esperan la hora para seguir migrando masivamente.

 

  

OAO: 07-24

 

Los políticos y la educación
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